El consultorio de Esmi – Octubre

Escrito por nuestra sexóloga Elizabeth Clapés.

«¿Por qué tendemos a obsesionarnos con aquellos que en un principio nos atrajeron, era recíproco, pero luego nos rechazaron? Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos no llegaron a ser nadie importante en nuestras vidas, ni los conocíamos realmente. Y más importante aún, ¿Cómo gestionarlo de manera sana?»

Esta consulta es SÚPER interesante porque es algo con lo que muchxs nos podríamos identificar: “¿Por qué me duele tanto, si apenas llevábamos tiempo juntos?”. Para comprender un poco más lo que vamos a ver más adelante, resumiré un poquito las fases por las que pasa una relación:

1. Fase de enamoramiento: aquí es cuando sentimos mariposas en el estómago y no podemos dejar de pensar en esa persona.
2. Fase de conocimiento: en esta etapa conocemos más íntimamente a nuestra pareja y vamos descubriendo cómo es realmente.
3. Fase de convivencia: en esta etapa se decide compartir la vida y el hogar. Puede descender la frecuencia de las relaciones sexuales.
4. Fase de autoafirmación: surge la necesidad de hacer cosas por separado, pueden aflorar conflictos personales no resueltos.
5. Crecimiento: la relación se vuelve más madura y estable, empiezan los proyectos en común.
6. Adaptación: si la pareja se adapta adecuadamente a los cambios, se consolida, pero también pueden darse rupturas. Aquí nos podemos encontrar la jubilación, problemas de salud…

En algunas ocasiones, el tiempo no es lo que marca el nivel de sufrimiento ¿Por qué? Porque cuando rompemos un vínculo en el momento en el que acabamos de conocer a alguien que nos gusta muchísimo, estamos interrumpiendo la fase de enamoramiento. La fase de enamoramiento es una etapa en la que no percibimos los fallos de la otra persona, estamos en una nube y en un baile de hormonas. Es una parte muy intensa de la relación y sentimos muchísimo deseo y pasión. De ahí que la recordemos con cierta melancolía cuando llevamos un tiempo con esa persona: “es que al principio era todo tan maravilloso…”.

Romper en este momento puede ser muy doloroso y provocarnos un malestar terrible que nos costará mucho de comprender debido al poco tiempo que llevábamos con esa persona. Para gestionarlo, lo primero de lo que debemos ser conscientes es del motivo por el cual nos afecta tanto: no era el amor de nuestra vida y no hemos perdido a alguien irremplazable, el dolor viene por el momento en el que se ha provocado esta ruptura. También puede ayudarnos el comprender que no conocíamos reakmente a esa persona, que la estamos idealizando por el momento en el que ha finalizado todo y que de haber seguido con la relación, probablemente, nos habríamos dado cuenta de que es un ser humano más (como cualquiera), con el que quizá no habríamos ni encajado.

Te recomiendo que te leas este artículo: ¿Cómo lidiar con una ruptura?

«Tengo un complejo enorme con mi cuerpo y cada vez que estoy con mi novio, es como que me quiero echar encima de él, pero algo me frena. Me da mucha vergüenza que me vea desnuda.»

Primero de todo, quiero decirte que te abrazo MUY fuerte y con todo el amor del mundo. Por desgracia, la mayoría de las mujeres sabemos bien cómo te sientes.

Dando por hecho que tu pareja es una persona en la que confías y puedes apoyarte, te recomiendo que hables con él y se lo expliques como me lo estás explicando a mí, pero con más detalle. Probablemente le sea difícil empatizar con lo que sientes, pero es importante que entienda el nivel de sufrimiento que te supone y para eso, lo mejor es que te abras a él. Es importante que se lo expliques, por tu bienestar y porque quizá no entiende por qué no te desnudas frente a él y eso le lleva a pensar que no te gusta, que no te atrae o algo semejante. Explícaselo, te sorprenderá ver cómo te ven sus ojos.

Una vez él tenga conocimientos sobre lo que te sucede, puedes ir haciendo “acercamientos progresivos” al hecho de estar desnuda frente a él, recibiendo mucho amor y caricias durante el proceso. Contar con su ayuda puede ser un punto muy positivo en este proceso, pero también es importante que trabajes tu autoestima y si sola se te hace muy difícil, te recomiendo que pidas ayuda profesional.

Recuerda: ser sexy no depende de tu cuerpo, depende de tu actitud y de lo cómoda que te sientas siendo tú.

Te recomiendo mucho el libro de Sylvia de Béjar, Tu sexo es tuyo y este artículo: El ideal de belleza inalcanzable en el que hablamos de este tema.

«Desde hace un tiempo me siento súper sola, deprimida y he perdido las ganas de hacer cualquier cosa, a raíz de esto (creo) he empezado a perder el interés por el sexo y también me ha empezado a doler cuando lo practico ¿Podría ser por mi estado ahora mismo? ¿Cómo podría solucionarlo?»

Siento muchísimo que estés pasando por esta situación y te mando un abrazo enorme que espero que te llegue desde Barcelona hasta donde sea que estés, de corazón.

La respuesta a tu primera pregunta es, definitivamente, sí. El deseo sexual es una de las primeras cosas que se ve afectada cuando no estamos bien. Si solemos tener ganas de mantener relaciones sexuales y durante una época, las perdemos, o estas disminuyen considerablemente, es momento de preguntarnos qué pasa.

El dolor cuando practicas relaciones sexuales puede ser debido a la falta de deseo sexual, que influye negativamente en la siguiente fase, que es la de excitación, en la que se dilata la vagina y se da la respuesta de lubricación, uno de los cambios más importantes para sentir placer y evitar el dolor durante el sexo.

La solución a esta situación está en tratar en primer lugar la base del problema, que es el estado depresivo. Para esto, te recomiendo ayuda profesional: acudir a un psiquiatra y a un psicólogo clínico, para que puedan hacer una valoración de tu situación y así, tomar las decisiones pertinentes para tu salud.

Si te sientes sola, deprimida y has perdido las ganas de hacer todo aquello que antes te hacía feliz, por favor, pide ayuda. Hay personas que pueden ayudarte, prometido.