Por qué los fetiches son perfectamente normales

World Fetish Day

Todavía hoy en día se tiene algo de cuidado cuando se habla de fetiches. Si bien creemos vivir en un mundo en el que se puede hablar libremente del sexo y todo lo que implica, existen ciertos tabús sobre algunos temas sexuales. ¿Qué es un fetiche, y qué transmite concretamente sobre la persona? ¿Es raro excitarse con objetos o con otras partes del cuerpo que no sean los genitales? Hoy vamos a dedicarle más atención a los fetiches, y os explicaremos por qué es normal tener alguno.

¿Qué es un fetiche?

Tener un fetiche sexual implica que pueden excitarte objetos inanimados o partes del cuerpo que no sean los genitales. Por ejemplo, puede ser que te exciten pies, calzado, ropa o ciertos tipos de materiales como las telas wetlook, el cuero o el látex. En realidad, hay fetiches para todas las cosas que te encuentres o imagines.

Tipos de fetiche

Hay fetiches para todos tipos de cosas. Algunos son más habituales, otros menos comunes (¡pero no por ello menos normales!). Dentro del mundo del fetichismo hay algunas preferencias sexuales más comunes:

  • Fetiches orientados a partes del cuerpo, por ejemplo, excitarse con pies, manos, axilas, pero también piercings, tatuajes o un tipo específico de cuerpo, como es el caso de los feeders y sus feedees.
  • Fetiches de ropa. Los más conocidos son los relacionados con ropa interior, medias, panties, pañales, chaquetas de invierno, telas vaqueras o el deseo de llevar ropa típica del sexo opuesto.
  • Fetiches de un material específico, que se ven mucho en el mundo BDSM, donde se presta mucha atención a materiales wetlook, cuero, látex, goma, etc.

Además de estos fetiches comunes, existen también otros fetiches muy específicos, como sentirse atraído por árboles, pájaros o cera, la lluvia dorada (sexo con orina) o el deseo de sentir dolor durante el sexo. Estos son solo algunos ejemplos, porque repetimos: para todo lo que puedas imaginar existe un fetiche.

«Todos tenemos nuestras preferencias sexuales. ¿Quién puede decir cuáles son normales?»

¿Cómo se origina un fetiche?

La formación de nuestros deseos y fantasías sexuales sigue siendo algo, científicamente hablando, complejo y ambiguo. Los científicos no están completamente de acuerdo sobre cómo se generan los fetiches, pero la teoría más aceptada al respecto nos remite a la infancia temprana. La tesis es que se podría aprender el fetiche si te vieras expuesto de forma casual a algo excitante en presencia de un objeto neutral, por ejemplo, un zapato. Tu cerebro fusionaría el objeto neutral con la excitación sexual, y aparecería una forma de asociación. La repetición de esta asociación fortalece la relación entre el objeto neutral y la excitación. Finalmente, puede que la mera visión, el tacto, el olfato o la escucha de este objeto sean suficientes para provocar excitación sexual.

«Tengo un fetiche, ¿soy normal?»

Aunque pensamos vivir en una sociedad abierta, todavía existe una cierta norma en cuanto a lo sexual, según la cual todo lo que se “desvíe” de ella puede ser visto como raro, malsano o aberrante. Esto no solo se aplica a personas de la comunidad LGTBIAQ+, sino también a personas que practican el BDSM, fetiches u otros morbos. Puede que excitarse con un objeto se vea como algo “malsano” o “aberrante”, pero no somos todos iguales: lo que nos excita es específico para cada uno de nosotros y varía mucho de una persona a otra. ¿Cómo determinar que es lo normal?

«Un fetiche es un problema únicamente cuando te provoca sufrimiento, puede suponer un daño para ti o para otros, o si la práctica de este es penable por ley.»

¡Tener un fetiche puede ser así de sano!

En lo que respecta a experimentar tus fantasías, deseos y necesidades sexuales, hay una regla principal: mientras que no te hagas daño a ti mismo o a otros, y te sientas bien con lo que experimentas sexualmente, un fetiche es algo completamente normal y sano. Aceptar quién eres (sexualmente) y qué es lo que más te gusta en esa área es algo que puede contribuir positivamente a tu salud mental. Piensa lo positivo que puede ser que en tu dormitorio haya espacio para hacer precisamente lo que te provoca más placer. Esto puede explicar por qué hay estudios que apuntan a que la gente que practica BDSM están por lo general más satisfechos con su vida sexual, su relación y consigo mismos.

¿Tienes algún fetiche? ¿O tal vez tu pareja? Háblanos de tu experiencia con el tema en un comentario.

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