Historia erótica “Hotel Delicias” 7 – Rouze x Easytoys

Hotel Delicias

Episodio 7: ‘Servicio de habitaciones’

«¡Servicio de habitaciones!»

Simón está en la puerta de la habitación 17. A su lado está el carrito del servicio de habitaciones, con dos hamburguesas. Una mujer guapísima abre la puerta riéndose. Rizos oscuros, piel impecable, labios voluminosos… Joven, no más de 20 años, estima Simón.

«Buenas tardes», dice ella.

Su acento delata inmediatamente que es italiana. Lleva puesto el albornoz del Hotel Delicias, aún tiene el pelo mojado. Probablemente acaba de salir de la ducha.

“¡Adelante! tenemos muuuchaaa hambre,” continúa la chica con entusiasmo, contoneando las caderas delante de él.

Simón lleva el carrito a la habitación del hotel. De camino a la puerta, casi choca con su compañera de habitación, que sale del cuarto de baño desnuda.

Simón empieza a tartamudear: «Disculpa, ya me iba”.

La chica no parece sentirse avergonzada en absoluto. En un segundo, Simón devora su cuerpo con los ojos. Lo hace automáticamente, no puede evitarlo. Pechos pequeños y firmes. Caderas voluminosas. Es preciosa. En sus ojos, ve un brillo y sus labios se curvan en una sonrisa traviesa.

Mientras se coloca el suave albornoz del hotel, empieza a hablarle y le pregunta si no se quiere quedar un rato más. Es la primera vez que están en Ámsterdam y están muy impresionadas con la ciudad. Y, sobre todo, de los hombres que viven allí.

“¡Eres muy bellllloooo! ¡Muyy… guapo!” “¿Sabes?”, continúa su amiga.  “Tal vez tú puedas enseñarnos unas palabras en holandés. Es tan difícil, molto difficile.”

Por un momento Simón duda. Hoy hay mucho trabajo, y estas amigas italianas no serán las únicas que pidan servicio de habitaciones. Pero las chicas son persuasivas. E indudablemente guapas, sí, eso también. Simón cede, con la condición de que empiecen a comer, porque las hamburguesas del Hotel Delicias son demasiado buenas para dejar que se enfríen. Las chicas toquetean suavemente los suaves albornoces bordados del hotel mientras dan un bocado a sus hamburguesas, Simón se sienta en el espacioso sillón frente a la cama. Empieza con las palabras más básicas del neerlandés: «Ja», «Nee”, «Dank je wel», «Goedemorgen».

“¿Y cómo se dice “bello” en holandés?” pregunta la chica con una fuerte entonación italiana. La chica que estaba desnuda hace un momento, le mira desafiante.

“Ah, te refieres a mooi,” responde Simón.

“Eres muy mooi ….”, repite la chica.

Simón sonríe, halagado. Entonces su amiga golpea suavemente el espacio vacío de cama entre ellas, mirándole de forma prometedora. Por un segundo, Simón duda. Son dos al fin y al cabo… Luego se levanta del sillón. Su corazón se acelera. Sabe que es atrevido, pero “atrevido” es el segundo nombre de Simón. E Indie no tiene por qué enterarse de esto.

Lentamente, se sienta al borde de la cama. Nota que le ponen una mano en la pierna. Mira de reojo. La mirada de la chica es inconfundible. Ella le desea. “vamos, juega con nosotras….”, le dice. Del paquete sorpresa de la mesilla de noche, saca un dado brillante y lo hace rodar por las sábanas en dirección a él y ve cómo la imagen muestra a un hombre al que le están haciendo una mamada e inmediatamente siente lo duro que se pone ante esta idea…. Simón la mira con admiración. Es la más osada de las dos y Simón no puede olvidar su cuerpazo desnudo bajo el albornoz. Se vuelve hacia él y le dice con su acento encantador: “No puedo discutir con los dados…” Se inclina y le besa con sus suaves labios, sondeando suavemente su boca. Su lengua es curiosa. Mmm… besa exquisitamente.

Mientras tanto, Simón nota cómo su amiga empieza a desabrocharle lentamente los pantalones y con cuidado se los baja junto con los calzoncillos lo suficiente para liberar su erección. Joder, estas chicas no se andan con chiquitas. Antes de darse cuenta, sus labios deliciosamente carnosos rodean fuertemente su polla.

Primero le chupa el glande, y luego la polla desaparece casi por completo en su boca….

Como las camareras ya se han ido a casa, Indie camina hacia la habitación 14 con un juego de toallas extras. A medida que se acerca, escucha unos sonidos que llaman su atención, pueden oírse incluso a través de la puerta…

Con curiosidad, Indie se acerca al gemido. Ohhh, ¿vaya… será posible? Sí, no hay duda. Reconoce los profundos gemidos de Simón. Justo anteayer había gemido así cuando, tras acabar su turno, Indie y él habían estado jugando juntos. Él se lo había ganado, y, a decir verdad, a ella también le había apetecido mucho. [risita]

¿No era esta la habitación de esas jóvenes italianas? Sí, Indie está segura. Por lo que parece, una de ellas se la está chupando a Simón. La curiosidad de Indie pronto se impone a su asombro y se queda pegada a la puerta. Ni siquiera la pared que les separa puede disimular lo mojada que está una de las dos chicas. Escucha como Simón se está poniendo cachondo y ansioso por poseer su coño, mientras deja escapar un gemido de su boca mientras disfruta de la mamada que aparentemente la otra chica le da a placer. Indie siente un cosquilleo que le sube por dentro y desde sus piernas. Mmm, ¡cuánto la excita! será travieso Simón…

A continuación escucha risitas, ruidos, cambios de postura.  ¿Irá a follárselas ahora? Indie lo visualiza ante ella: puede imaginarse perfectamente cómo el firme y duro pene de Simón desaparece en el húmedo coño de esa hermosa mujer italiana.

Indie siente cómo su propio coño se contrae impaciente y vuelve a relajarse. Sí….. Ella también quiere…. Pero llamar a la puerta no es una opción…sin embargo… mmm… puede que tenga una idea mejor.

Cuando Indie entra en la cocina, ve a Anthony enfrascado en la preparación de un plato de espárragos verdes, que coloca cuidadosamente en la sartén al rojo vivo con sus grandes y fuertes manos. Hace calor en la cocina, ¿o será que ella tiene calor? Con las mejillas encendidas, Indie se acerca a él. Tiene un culo fantástico, firme y redondo. Joder, cómo le apetece apretarse contra él. Anthony sólo tiene ojos para su plato y no se da cuenta de que Indie camina lentamente hacia él. Cuando está justo detrás de él, empuja suavemente su cuerpo contra él. Sorprendido, Anthony se da la vuelta.

Su mirada desconcertada se convierte en irritación durante una fracción de segundo, pero rápidamente deja paso a esa típica mirada traviesa y oscura que le caracteriza. La observa con aprobación. De los pies a la cabeza. Sus ojos se deslizan primero por los pechos de Indie, donde la fina tela de su top delata sus pezones endurecidos, y luego por su corta falda vaquera y sus piernas desnudas, ligeramente bronceadas por los primeros días de verano.

«Quiero que me folles. Ahora».

Suena desesperado. Pero ella también se siente así. El cuerpo de Indie arde de deseo y está totalmente dispuesta a recibir el castigo que sea necesario, a dejarle ser el dominante.

La mirada de Anthony revela que él también lo desea. Lentamente, agarra la mano de Indie y la lleva a su entrepierna, dejándola reposar allí. Joder, no necesita mucho para ponerse duro. La tiene durísima.

Indie es consciente de la influencia que ejerce sobre Anthony; le da una maravillosa sensación de poder. Pero de pronto Anthony le toma el relevo, adoptando la figura dominante. Eso hace que Indie se excite aún más. Con sus grandes y frías manos la sujeta por el pelo, tira de ella y la besa con lengua. Con fuerza. Con ímpetu. Entonces le da la vuelta y la empuja suavemente hacia delante, apretándole el miembro contra las nalgas.

«Aquí es donde te voy a follar «, le dice con voz grave.

A Indie le parece una idea genial. Por detrás, contra la isla de cocina. Aprieta las palmas de las manos contra el frío metal de la encimera, un cosquilleo le recorre todo el cuerpo, mientras Anthony se coloca detrás de ella. Entonces le sube la falda vaquera, y …. ohhhh…. si…. la tela de su tanga está empapada. Con urgencia, le toca el excitado clítoris. La energía la recorre como un relámpago. Después, él desliza la tela del tanga a un lado y se la mete hasta el fondo.

Sus labios vaginales le aprietan la polla mientras entra y sale de ella. Ella sabe que no aguantará mucho. Es mucha la tensión acumulada, el trío cachondo protagonizado por Simón, y la dura embestida de Anthony… con esa polla suya exquisitamente grande, todo la acerca más al orgasmo. Aquí… ahora, en la cocina, el dominio de él… donde a ella tanto le gusta apartarlo de su trabajo… y… ahhhhh… sí….  Entonces siente que se eleva. Viene en choques descontrolados, ella cierra los ojos… esto es…

Cuando recupera el aliento, se da la vuelta. Sus piernas se sacuden, sus mejillas siguen encendidas.

“Tengo que volver al trabajo», dice Anthony.

Su tono parece serio. Pero de repente la mira con picardía y le susurra…

«Puede que luego me apetezca un postre…».

La serie “Hotel Delicias” es una producción de la plataforma de audio erótico Rouze. Aviva tu imaginación y escucha (o lee) las historias en www.rouze.me. Esta serie fue creada en colaboración con Easytoys.

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