Hay que celebrar el 14 de febrero y no porque sea San Valentín

Escrito por nuestra sexóloga Arola Poch

San Valentín, San Solterín, San Calentín, San Orgasmín… Estas son algunas de las formas que he leído para referirse al 14 de febrero. Está claro que el día de las parejas y los corazones rojos lo acapara, de una manera u otra, todo. Pero no es lo único que se celebra ese día ya que resulta que el 14 de febrero es también el Día Europeo de la Salud Sexual (hay también un día mundial: el 4 de septiembre. ¡Para que veáis lo importante que es!). Si se piensa tiene su lógica: querer(se) y cuidar(se) tiene mucho que ver con sentirse bien con la sexualidad.

La salud sexual hace referencia al bienestar físico, psicológico y social respecto a cómo vivimos nuestra sexualidad. No es solo la ausencia de enfermedades, sino que va más allá e incluye estar bien con uno/a mismo/a y en el entorno social. Por ejemplo, si una  persona no acepta su propia orientación o identidad sexual o si lo señalan por ello y eso le impide vivirla o expresarla como querría, esa persona no tiene salud sexual por mucho que físicamente esté como una roca.

Hemos mejorado en este aspecto, al menos desde nuestra visión occidental y privilegiada. Si bien cómo vivimos la sexualidad depende de cada persona, su entorno y su cultura, podemos decir que en general hoy miramos al sexo con más apertura y positividad. Pero no hay que relajarse, las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) siguen ahí, hay personas que siguen sin aceptar sus gustos y los prejuicios siguen existiendo. Concretando de forma quizás simple pero creo que clara: estamos mejor porque podemos hacer divulgación sexual e ir poco a poco rompiendo tabúes, pero debemos luchar constantemente contra la censura de las redes sociales. Hay camino hecho pero aún falta por hacer.

«Estamos mejor porque podemos hacer divulgación sexual e ir poco a poco rompiendo tabúes, pero debemos luchar constantemente contra la censura de las redes sociales.»

¿Cómo podemos mejorar la salud sexual?

Estamos hablando de tres aspectos, físico, psicológico y social, así que vamos a por cada uno de ellos.

Para la parte física debemos prevenir las infecciones, enfermedades o embarazos no deseados. Hay que tomarse muy en serio este tema y evitar los encuentros de riesgo. Para alcanzar la salud en el aspecto psicológico tenemos que conocer nuestros gustos y aceptarlos como parte de nuestro yo. Finalmente, la social la conseguimos cuando nos sentimos libres para relacionarnos con nuestro entorno siendo como somos.

Las dos primeras tienen un fuerte trabajo personal: cada cual tiene que currárselo en su propio beneficio. La tercera ya no. El aspecto social es quizás el más complejo porque es algo que escapa de nuestras manos… aunque no del todo. Que la sociedad mire de otra manera a la sexualidad, liberándose de los prejuicios que tradicionalmente ha arrastrado no es tarea fácil ni rápida, pero se puede conseguir con pequeños granitos de arena. Por un lado con el trabajo que hacemos las sexólogas y los sexólogos de divulgar de forma clara y normalizadora y desde aquí aprovecho para agradecer a empresas como Easytoys que cuente con profesionales y nos permita lanzar este buen y útil mensaje.

Por otro lado, cada cual en su contexto puede trasladar mensajes positivos de la sexualidad. Ojo, que trasladar mensajes positivos no consiste en fardar de lo mucho que hago y lo bien que se me da. Consiste en hablar, desde la normalidad, de las cosas que nos gustan, que nos preocupan, que nos generan curiosidad o interés, de emociones… Hablar de sexo, simplemente, como si de un tema más se tratara.

Acercamiento positivo y coherente al sexo

Un aspecto clave para mejorar la salud sexual es tener un acercamiento positivo al sexo. Si arrugas la nariz o exclamas (o piensas) “pues qué raro es eso que te gusta, vaya asquito” cuando alguien te cuenta que le gusta chupar pies o que le arreen con una fusta, no tienes ese acercamiento positivo. Esto no quiere decir que te tenga que gustar todo o  estar siempre dispuesto a probar lo que te propongan, sino que ante lo relativo a la sexualidad se responda con emociones agradables, de apertura y de aceptación. Por cierto, eso es un rasgo de la personalidad que tiene un nombre: erotofilia. También se le puede llamar sexpositive o simplemente, tener la mente abierta.

Una actitud positiva hacia el sexo tiene mucho que ver con la educación recibida. Hay personas que cargan con una mochila pesada en cuanto a prejuicios y deben hacer un trabajo para quitársela. Deconstruirse para volverse a construir pasa por leer, informarse, preguntar, indagar, conocerse y hablar.

La siguiente cuestión importante es la coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Si piensas que el sexo anal es de personas pervertidas, sientes que no te apetece pero lo haces porque es lo que se supone que toca hacer o por contentar a tu pareja, vamos mal. Es fundamental para esa coherencia, tener la seguridad de que tus gustos son válidos, que tienes todo el derecho a expresarlos y que sean respetados. Y esto está relacionado con el punto anterior: informarse, conocer y conocerse, deconstruirse  y construirse desde la positividad.

La salud sexual te va a dar bienestar, te va a ayudar a quererte más, te empujará a cuidarte y, lo último pero no lo menos importante, te hará disfrutar más y mejor de tu placer. Vale la pena celebrar el 14 de febrero, no solo por San Valentín.

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