El dolor antes, durante y después de las relaciones sexuales

Escrito por nuestra sexóloga Elizabeth Clapés.

La pobre educación sexual que recibimos a lo largo de nuestra vida nos lleva a investigar sobre sexualidad buscando información en lugares como internet, y ¿Con qué nos encontramos? Nos encontramos con la pornografía, que es más parecida a la ciencia ficción que a la realidad de la sexualidad humana. Como dijo Nayara Malnero, aprender sexo viendo porno es como aprender a conducir viendo Fast & Furious.

El porno nos enseña que la penetración y la eyaculación masculina son el centro de toda relación sexual y que, para ello, la mujer debe estar siempre dispuesta, sin requerir ningún tipo de excitación o estimulación: pase lo que pase, va a ser penetrada con fuerza y esto le va a suponer muchísimo placer, pero ¿Cuál es la realidad? Que la mayoría de mujeres no alcanzan el orgasmo únicamente con la penetración, que es necesario un proceso de excitación previo a ella y que hay multitud de factores que pueden provocar dolor en las relaciones sexuales.

Los estudios indican que un 20% de las mujeres sufren dolor durante sus relaciones sexuales con penetración. Pese a ser un porcentaje considerablemente alto, es habitual que no pidan ayuda debido a la vergüenza y el desconocimiento que hay entorno a la sexualidad (sobre todo entorno a la femenina).

La idea preconcebida de que la mujer debe poder ser penetrada siempre sí o sí y disfrutar de ello, hace sentir como “raras” y “estropeadas” a aquellas mujeres que no consiguen la penetración o que la consiguen, pero con dolor. Muchas mujeres sienten una gran culpa, se sienten poco competentes o “funcionales”, porque a pesar de sentir deseo o voluntad de penetración, sus cuerpos no se lo permiten. Aquí también cobra importancia el miedo al rechazo: “si no consigo la penetración, no me va a querer o me va a dejar por otra que sí pueda”, miedo que hace que muchas mujeres se fuercen a tener relaciones sexuales por penetración pese al dolor que esto les genera. “¿Mi cuerpo está roto?” o “¿Por qué mi vagina no funciona?” son algunas de las preguntas que se hacen en esta situación, preguntas que no tendrían lugar si se nos informase sobre nuestra sexualidad durante la adolescencia, época durante la cual el 73.4% de los jóvenes ya han tenido relaciones sexuales.

¿Por qué tengo dolor durante las relaciones sexuales?

Antes de pensar que tenemos algún tipo de afección a nivel sexual, debemos plantearnos una serie de cosas:

• ¿Estamos bien lubricadas? La lubricación natural es maravillosa, pero no siempre es suficiente. Es cierto que lubricar es una forma de saber que estamos excitadas y que nuestro cuerpo está preparándose para tener relaciones sexuales, pero no todas las personas tienen una respuesta de lubricación que permita una penetración indolora, y esto no quiere decir que su cuerpo no esté preparado para el sexo. Para cuando la lubricación natural no es suficiente, existen los lubricantes. Es muy, muy, muy importante para evitar picores, irritación, escozor, quemazón…
• ¿Tengo alguna irritación o lesión en la zona genital? ¿Y una infección en las vías urinarias?
• ¿El dolor puede ser una reacción alérgica al preservativo, lubricante o cualquier cosa empleada durante el sexo?
• ¿Estoy excitada? ¿Quiero tener relaciones sexuales con esta persona o en este momento? Tener relaciones sexuales de forma forzada hará que no estemos excitadas y que la vagina no se dilate. Esto puede deberse a multitud de factores como el estrés, la ansiedad, la depresión, los problemas de pareja, sentir incomodidad con la pareja sexual…
• ¿Tengo alguna enfermedad de transmisión sexual? Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden provocar dolores durante las relaciones sexuales. Por ello, es recomendable llevar un control de nuestra salud sexual con analíticas y valoraciones ginecológicas frecuentes.

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Si estoy bien y quiero tener relaciones sexuales… ¿Por qué me duele?

Existen afecciones que explicarían el dolor durante las relaciones sexuales: la dispareunia y el vaginismo.

La dispareunia es el dolor persistente o recurrente antes, durante o después de las relaciones sexuales y el vaginismo es la imposibilidad o dificultad de conseguir la penetración (de dedos, tampones, pene…) por la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina.

Los trastornos de dolor inciden negativamente en la satisfacción y el deseo sexual, ¿Por qué? Porque el dolor genera aversión: el cuerpo evitará exponerse a una situación que percibe como dolorosa. Por este motivo no debemos forzar la penetración, sino que debemos acudir a un especialista que valore nuestra situación y el tratamiento más adecuado acorde a ella.

¿Cómo sé que debo pedir ayuda profesional?

Si te identificas con alguno de los siguientes puntos, te recomendamos acudir a un especialista:

• Tienes dificultades con la penetración vaginal.
• Sientes dolor vulvovaginal o pélvico durante las relaciones vaginales o los intentos de penetración.
• Sufres ansiedad o miedo a sentir dolor durante las relaciones sexuales.
• Sientes una tensión o contracción muscular de los músculos del suelo pélvico durante los intentos de penetración vaginal.

Las causas de ambas afecciones sexuales (dispareunia y vaginismo) pueden ser psicológicas, pero si tenemos dolor durante las relaciones sexuales, debemos acudir a un/a ginecólogo/a para descartar que las causas sean de carácter físico. De no serlo, podremos acudir a un/a psicólogo/a especializado en sexología clínica que seguramente nos ayude junto con un/a fisioterapeuta de suelo pélvico.

Si te identificas con este artículo, pide ayuda profesional y no te preocupes, se trata de uno de los motivos de consulta más frecuentes, se detecta a menudo en revisiones ginecológicas y hay profesionales que podrán ayudarte. Estamos aquí para eso, no lo sufras sola.

Recuerda que puedes dejarme tus consultas personales para que las resuelva (de forma anónima) en próximos artículos en el siguiente link: https://www.easytoys.es/mag/author/elizabeth-clapes/

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