Cómo hablar de sexo con mi pareja y no morir en el intento
¿Crees que tienes una buena comunicación sexual en tus relaciones de pareja?
¿Te sientes libre de expresar lo que te gusta, preguntar al otro o decir que no, siempre que lo sientes?
¿Hay cosas que a veces te callas por miedo o vergüenza?
La comunicación es la base de cualquier relación, pero no solo importa qué comunicas sino cómo lo comunicas. Y detrás de muchos conflictos sexuales, radica a menudo un problema de comunicación.
¿Qué errores se cometen y NO deberíamos hacer?
- Tratar de adivinar. Deducir lo que a la otra persona le gusta sin haberlo hablado o dar por hecho, ciertas cosas. Te pongo un ejemplo real de una pareja que vino a consulta. Llevaban 5 años juntos y siempre hacían la misma postura y práctica sexual. Un día en terapia exploramos su sexualidad y ambos se dieron cuenta de que llevaban todo ese tiempo realizando esa práctica porque creían que al otro le encantaba y había un deseo de complacer y de excitar a través de algo que consideraban como “seguro”. Eso, los llevó a no experimentar ni a preguntar. Esa práctica les gustaba, pero ambos habían pensado en reiteradas ocasiones en proponer algo nuevo y no se habían atrevido. Ambos habían tenido el mismo pensamiento… pero también ambos habían tenido el mismo miedo. El miedo es el principal enemigo del sexo. Desde el miedo dejamos de hacer cosas o las hacemos desde el ansia, la preocupación… lo que se traduce en resultados no satisfactorios.
- Comunicar las cosas desde una forma impositiva (“vamos a hacer esto”), carente de empatía (“lo que yo quiero hacer es esto”, y no se tiene en cuenta al otro) o pasiva (ceder y acceder, sin ser realmente lo que se desea).
- Hacer reproches. La queja siempre desgasta una relación. Y en el sexo suele aparecer cuando hay insatisfacción o frustración con frases como “nunca tenemos sexo”, “siempre tengo yo la iniciativa y tu no haces nada”. Aunque sean frases reales, si queremos conseguir cambios, tenemos que enfocarlo de otro modo. De lo contrario, no funcionará, sino que puede provocar discusiones y que la otra persona se ponga a la defensiva. Plantéalo como: “me encantaría que un día me enviaras un mensaje de lo que te gustaría hacer conmigo”. Incluso aprovecha ejemplos reales que hayan ocurrido para usarlos como refuerzo positivo (“me encantó cuando el otro día hiciste… ¡sería genial repetirlo más veces!”).
- Criticar cómo lo hace el otro. A veces es común decir frases como “lo haces mal”, “no me gusta cómo lo haces”. Estos comentarios además de que pueden herir o crear inseguridad al otro, no aporta soluciones. Mejor guíale tú, enséñale qué quieres que haga y cómo quieres que lo haga, mostrándoselo.
- Hacer algo que no desees hacer. A veces por querer complacer al otro, porque te sabe mal decirle que no, por miedo a lo que pueda pensar, acabas accediendo a tener sexo sin desearlo o a hacer cosas que no deseas hacer. Y eso, ¿cómo te hace sentir después? El sexo está para que sea elegido y disfrutado. De lo contrario, se vive como una tarea o una actividad que se lleva a cabo porque toca y así no lo vas a disfrutar ni vas a sentirte libre.
¿Qué hacer para mejorar tu comunicación sexual?
- Preguntar siempre. Pregunta a la otra persona que le gusta y qué no. Y si quieres innovar, coméntalo previamente, para evitar que la otra persona se pueda sentir incómoda. Por ejemplo: ¿Qué te parecería hacer esta postura? ¿Qué opinas de…? (el sexo anal, etc.). Así, estamos contando con la opinión de la otra persona.
- Expresar y verbalizar lo que te gusta y lo que no. Hay personas que dejan de comentar lo que les apetece y lo que no por miedo al juicio o a lo que pueda pensar el otro.
- Proponer ideas y hacer propuestas. Estar receptivos a explorar y a aportar el elemento “juego” a tu comunicación sexual. Es una forma de divertiros, de abrir posibilidades que tal vez hasta ahora no habíais contemplado. Podéis reservaros una cita que incluya juegos, cartas con preguntas… donde conoceros más íntimamente. O fomentar la espontaneidad preguntando: ¿Qué te parece si esta noche la pasamos en este hotel? Antes de decir que no de entrada, desde el prejuicio o el desconocimiento, permitiros hablar de ello y valorarlo.
- Incluir el erotismo y la seducción en tu comunicación. La seducción y el erotismo estimulan los sentidos y fomentan la excitación y el deseo, además de ser una buena oportunidad de crear una mayor conexión e intimidad entre vosotros.
- Expresar lo que sientes desde el yo, en lugar de desde el tú. No es lo mismo decir, “cuando no tenemos sexo, yo siento que no te gusto”, que decir “tú me haces sentir insignificante”. De este modo evitamos culpar. La falta de sexo o deseo, se suele asociar a la falta de atractivo y puede deberse a muchos otros motivos que no tengan nada que ver, como estrés, preocupaciones, inseguridades, etc.
Si mantienes una actitud positiva, dónde al hablar os enfocáis en aportar (en lugar de hacerlo respecto a lo que os falta), dónde antes de quedaros con la duda, preguntáis y ofrecéis alternativas en lugar de críticas y dónde transmitís empatía, escucha y confianza… lograréis tender un puente de comunicación sólido que ayudará a mejorar tu vida sexual. Un buen sexo empieza muchas veces, por una buena comunicación.
Mireia Muñoz.
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