“Tengo pánico a enamorarme de nuevo”

El miedo al amor es algo tan frecuente que actualmente el hecho de estar soltero se percibe como empoderante por sí mismo. El individualismo está tan premiado y tan bien visto que lo llegamos a concebir como la única forma de evitar el sufrimiento, pero no es solo más que un obstáculo que nos impide vivir con autenticidad.

Cuando hemos aprendido que el amor es malo

Es de rebajarse mucho para los humanos pensar que nuestras conductas siguen unos patrones, que a su vez, están regidos por unas leyes.

“Nosotros somos más complejos” y de aquí no nos baja nadie. Pero es que en esto del amor no es diferente y también seguimos unos patrones conductuales.

Spoiler: Eso no nos hace menos “especiales”

El motivo principal por el que tenemos miedo de volver a querer a alguien es que hubo un día en el que nos rompieron el corazón y aprendimos que con amar no era suficiente. En esos momentos todo se vuelve de un color muy oscuro y se sienten cositas muy feas.

En términos de análisis de conducta, nuestra historia de aprendizaje tiene mucho poder. Nuestra experiencia con otras relaciones y lo que vemos en las de otros, es la única referencia en la que verdaderamente nos basamos, y en muchas ocasiones aquí reside el problema.

Nuestra experiencia con otras relaciones y lo que vemos en las de otros, es la única referencia en la que verdaderamente nos basamos, y en muchas ocasiones aquí reside el problema.

El miedo es una respuesta adaptativa (la mayoría de las veces) ya que nos protege de estímulos potencialmente perjudiciales para nosotros, nos prepara para enfrentarnos a situaciones de amenaza.

Pero muchas otras veces aprendemos a tener miedo, asociamos momentos, situaciones, lugares o estímulos que no suponen una amenaza real basándonos en nuestra historia ( respuesta condicionada de miedo ) Y es lo que ocurre con las relaciones, lo que termina siendo cero adaptativo.

Los principios de aprendizaje parten del supuesto de que las conductas se mantienen por sus consecuencias, en este caso el miedo a enamorarnos se mantiene porque pensamos que la consecuencia va a ser acabar rotitos y mejor nos lo ahorramos.

Una de las técnicas que más evidencia empírica tiene y por tanto más funciona en lo referido a superar nuestros miedos y fobias, es la denominada exposición. Cuando sentimos miedo de manera casi automática generamos conductas de escape o de evitación que a corto plazo parece que nos “salvan” pero en el caso de las relaciones por ejemplo, solo nos limitan.

Por tanto, truquito: arriesgarse y entrar en una relación con miedo.

El ser humano y su interdependencia

Seguramente ya te hayas hartado de escuchar esto de que somos seres sociales y sepas de lo que hablo, pero interiorizar que somos seres interdependientes es otro rollo.

Reconocer que dependemos de la interacción con el otro nos aterra porque supone admitir nuestra fragilidad y vulnerabilidad que tan castigadas están y a su vez resultan tan necesarias para poder construir vínculos reales.

En el amor nos encontramos a nosotros mismos y también guardamos distancia con todo aquello relacionado con las obligaciones que tanto ocupan nuestros días.Las relaciones se convierten en un espacio en el que poder ser sin sentir la obligación de serlo.

Cito a Judith Butler: “El cuidado convierte una vida posible en una vida cierta”

Mejor nos quedamos donde estamos

Cuando llevamos un tiempecito in love conociendo a alguien y nos gusta muchísimo, en la mayoría de ocasiones acaba surgiendo la conversación que llamaremos: Oye qué somos???

Existen muchas formas de enfrentarnos a esta situación, tantas como personas (esto de la conducta es así) pero hay tres muy comunes:

• Romper el vínculo y evitar a toda costa el contacto con esa persona.
  • No damos el paso porque preferimos quedarnos con las ganas que acabar destrozados otra vez.
• No llegar nunca al compromiso completo.
  • Aquí entran en juego las famosas dinámicas de intermitencia (relaciones basadas en un día sí y otro no),
  • Acuerdos poco claros y condiciones rígidas.
  • Es el tipo de relación que suele resultar más dolorosa.
• Ghosting
  • Desaparecemos sin dar explicaciones.
  • Creamos mucha confusión a la persona que hemos ghosteado haciéndole dudar de si era suficiente o si ha hecho algo mal.

“Al principio tiene que fluir todo”

El discurso predominante de las relaciones sanas también tiene sus taras. Una de ellas es la falsa creencia que nos hemos tragado de que si al principio no estamos fluyendo esa persona no es para nosotros. En esta etapa debemos tener una conexión increíble y si existen desacuerdos, ahí no es.

¿ Por qué en la etapa en la que aún estamos conociéndonos debe haber una conexión mágica ? ¿No será que hemos idealizado la fase del enamoramiento y en la realidad los conflictos pueden aparecer cuando expresamos por primera vez nuestras ideas ?

Resulta tremendamente complicado iniciar una relación si nos ponemos estándares y requisitos tan idílicos.

Julia Moreno.

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