“Tengo miedo de cortar el rollo”

Tal y como estamos acostumbrados a percibir las relaciones sexuales pensamos que todo se trata de “conexión”, que todo tiene que fluir y que si no es así, esa persona no es la correcta. Y no es del todo así, no existe una persona predeterminada sexualmente para nosotros, no es algo innato.

“Si te lo tengo que pedir, ya no lo quiero”

Es cierto que en ocasiones nos podemos encontrar con personas con las que conectemos mucho de primeras, pero suelen ser casos muy puntuales.

¿Te has dado cuenta de que en general, conforme ya has ido manteniendo varios encuentros sexuales con esa persona, son más placenteros ? Esto no es casualidad, es precisamente porque os habéis ido conociendo y si ha existido una buena comunicación, se han compartido las preferencias y gustos de cada integrante.

“Hablar en la cama”

Para construir una buena compatibilidad en la cama tenemos que pasar por algún momento que de primeras nos puede resultar incómodo y esto es completamente normal ya que no hemos construido el hábito de comunicarnos.

Encontrar esa conexión sexual pasa por decir en alto el qué nos gusta más, cómo lo preferimos en ese momento, cuál es nuestra postura favorita y preguntándonos, hablar de nuestras fantasías sexuales y compartir todo eso que nos apetecería probar.

Para construir una buena compatibilidad en la cama tenemos que pasar por algún momento que de primeras nos puede resultar incómodo y esto es completamente normal.

Se menciona mucho el concepto de “conversaciones incómodas” en lo referido a las relaciones de pareja y en el ámbito de la afectividad, ¿ Por qué no lo aplicamos también a la sexualidad ?

Hablar durante el encuentro sexual es importante, pero después también puede ser interesante. Preguntarnos qué nos ha gustado más, qué nos gustaría cambiar o qué no repetiríamos, comentar qué nos ha excitado más, etc.

“Conocernos a nosotrxs mismxs”

Para poder comunicar a nuestras parejas sexuales cuáles son nuestros gustos es muy importante conocernos a nosotros mismos, pasar tiempo a solas y dedicarlo también a experimentar.

La masturbación nos aporta autoconocimiento que después podremos extrapolar a nuestra relación de pareja, además ayudará a que no recaiga en el otro la responsabilidad de hacernos disfrutar. El uso de juguetes sexuales es una forma muy divertida de comenzar a masturbarnos y conocer más sobre nuestra sexualidad,

La clave está en escuchar las necesidades del otro, pero sobre todo las nuestras.

“El miedo a no hacerlo bien”

¿ Y si te dijesen que no hay una manera que universalmente esté considerada como “correcta” a la hora de dar placer a alguien ? Más bien consiste en preguntarnos y conocernos, no existe ninguna “fórmula mágica” ni ningún “botón” que desemboque en placer sexual.

Es cierto que existen puntos que pueden ser percibidos como placenteros ya pueden ser más sensibles  o porque han sido socializados como eróticos pero esto no es aplicable a todos los casos.

El sexo se practica, no nacemos sabiendo.

La función de las fantasías sexuales:

Fantasear puede ser una práctica que nos ayude a conocernos más por lo tanto nos facilite también la comunicación sexual con esa persona. Es una experiencia enriquecedora ya que aumenta nuestro repertorio erótico.

Hay algún que otro estigma respecto a las fantasías sexuales ya que a veces son consideradas como “infidelidades” pero realmente tenemos la libertad de pensar en lo que deseamos ya que son solo eso, pensamientos. Las fantasías son libres de vergüenza, propias y controlables, podemos imaginarnos lo que queramos y jugar con ello.

Fantasear puede ser una práctica que nos ayude a conocernos más por lo tanto nos facilite también la comunicación sexual con esa persona.

Propuesta de ejercicio:

Elige un potencial objeto de deseo ( puede ser cualquiera: el sofá, un perfume o una persona ) e intenta fantasear con este en varias ocasiones durante el día. Puedes también pensar en objetos de deseo que ya consideres eróticos de otras ocasiones y jugar con ellos.

Algunas claves para fomentar la comunicación sexual:

• Hablar con vergüenza al principio, luego se irá reduciendo ya que al exponernos a ella se reduce.
• Aprender a no dar por hecho, preguntar asertivamente todas las dudas que tengamos.
• Conversar antes, durante y después del acto sexual. Algo que ayuda mucho es empezar preguntando cosas más generales y después ir añadiendo matices y abriéndonos con la otra persona.
• Implementar el uso de juguetes sexuales, suelen ayudar mucho “romper el hielo” y de una forma divertida.
• Propiciar un espacio en el que se genere un clima de intimidad y confianza, no tiene por qué ser idílico.
• Fomentar nuestra educación sexual ya sea a través de libros, contenido divulgativo, documentales.
• Crear un lenguaje en el que los dos integrantes puedan encontrarse a gusto.

En conclusión, una buena comunicación sexual y afectiva ( si lo requiere ) es necesaria para disfrutar plenamente de relaciones placenteras. Hablar no acaba con la chispa del momento, en vez de suponer, pregunta.

Julia Moreno.

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