“No quiero ser celosx”

Hace un tiempo ya que aprendimos que los celos eran un comportamiento tóxico y ahí es precisamente donde creo que se encuentra la problemática.

La movida es que nadie quiere ser “el celoso” porque eso les convertiría en tóxicxs y eso, a su vez en personas poco deseables por lo tanto, ¿Qué tendemos a hacer cuando nos avergüenza o nos da miedo expresar lo que sentimos? Lo ocultamos o mejor dicho, lo intentamos ocultar.

La mayoría de los episodios de celos pasan por esta fase, la vamos a llamar:

“Boquita cerrada” esta fase suele caracterizarse por el malestar producido de tener que lidiar con la incertidumbre que supone dudar si lo que estamos pensando es verdad, entonces se dan una serie de “conductas comprobatorias” para calmar ese estado de rumia constante.

Ritual de comprobación:

1.Te hueles algo.

2.En vez de preguntar, buscas pruebas que confirmen eso que te “intuyes”

3.Encuentras algo que puede confirmarlo o al menos coincide un poco.

4.Reduces incertidumbre (falsa sensación de control)

5.Te vuelves a oler una cosa o no te cuadra la anterior ( rumia ) vuelta al punto 2.

Suelen ser bucles de los que casi siempre se escapa de una sola forma: dejando de comprobar ( exponiéndote a la incertidumbre ) y comunicándote con esa persona.

¿Qué ocurre cuando buscamos pruebas o señales que nos confirmen o desmientan lo que pensamos ?

Si lo encontramos genial, porque desaparece esa ansiedad que nos provocaba no estar seguros de eso, pero si por el contrario nada encaja se vienen cositas. Y cuando las encontramos ese alivio dura muy poco ratito y nos da una falsa sensación de control, ya que necesitaremos volver a comprobar.

Es el turno de las conductas manifiestas ( queremos que se empiece a notar que sabemos algo ) y esto es a lo que llamaríamos muy mal llamados “celos tóxicos”

Cuando comenzamos a comportarnos así hacemos cosas como intentar evitar a toda costa que esa persona se exponga a eso que percibimos como amenaza, y esto se traduce en pasivo-agresividad y a veces hasta chantaje.

Ejemplos gráficos:

“Haz lo que quieras”

“Si vas a este sitio, me sentiré bastante mal pero tú puedes ir si quieres”

 “No seré yo quien te diga lo que tienes que hacer”

 “Paso, como tú veas”

También se puede dar el caso en el que no haya nada que encontrar y entonces nosotros hagamos lo posible por hacer real lo que pensamos (Sesgo de confirmación) y al final lo encuentras, es increíble.

Me gustaría aclarar que los celos no necesariamente tienen por qué ser sinónimo de “películas que nos estamos montando” pueden ser una respuesta a algo que estamos percibiendo como “peligro” o a algo que se sale de la normalidad en esa relación. Y aunque sí te estuvieses imaginándote cosas que no son, tampoco debes sentirte peor persona por ello.

Por este mismo hecho debemos tener muy en cuenta que el primer paso para salir de dudas es decírselo a nuestra pareja.

Y aquí entraría en juego otra fase más, a esta no se que nombre ponerle pero básicamente se trata del proceso de comunicarle a nuestra pareja acerca de cómo nos estamos sintiendo.

Pensamientos que suelen aparecer cuando ocultamos los celos:

-“Agobiaré a mi pareja.”

-“Me sentiré vulnerable.”

-“Seré el/la tóxicx de la relación.”

-“No servirá de nada, solo traerá problemas”

¿Qué podemos hacer para que esto salga bien ?

El primer paso es desmontar de nuestra cabeza la idea de que por sentir celos somos peores personas o que somos culpables de ello. La etiqueta “tóxico” tampoco explica nada, siempre debemos mirar con perspectiva y detectar qué está pasando para poder modificarlo.

Una vez interiorizado esto, sin sentir que somos unos monstruos, podemos pasar a pensar en el por qué de nuestro malestar, de dónde puede venir, qué función está cumpliendo. Y en este análisis de lo que estamos sintiendo, puede servirnos de mucha ayuda conversar con nuestra pareja, expresar en alto nuestros pensamientos nos puede ser muy útil para ordenar qué está pasando por nuestra cabecita. Cuéntale desde cuando te sientes así, qué sientes cuando te ves en esa situación, qué solución planteas o proponle pensar una juntxs.

La comunicación no es magia, pero sin duda es la única herramienta que tenemos para combatir los problemas que se dan en las relaciones. Una vez se han hablado las cosas de manera concienzuda, escuchando y llegando a acuerdos se reduce nuestro malestar a muchos niveles, baja los niveles de ansiedad, dejamos de estar tan alerta e incluso aprendemos a convivir un poquito más con la incertidumbre.

Hemos castigado demasiado los celos y son los más normal del mundo.

Julia Moreno.

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