Mindfulsex: otra forma de vivir la sexualidad

Mindfulsex

Vivimos en la era de la rapidez. Buscamos resultados en aquello que hacemos y para cuando antes mejor. Lo mismo sucede en la sexualidad.

En consulta escucho muchas veces frases como:

Quiero un orgasmo.

Quiero tardar en eyacular.

Quiero tener una erección.

El problema no es desearlo, sino convertirlo en una necesidad y no disfrutar del proceso.

El uso del teléfono y las tecnologías nos influyen también a movernos en piloto automático y a estar poco conectados con lo que sucede.

Imagina que haces una excursión y tu meta es llegar a la cima. Pones tanto enfoque ahí que, al llegar arriba, cuando te preguntan: ¿viste los árboles del camino como tenían hojas de colores? ¿Viste los patitos que había a un lado del camino? ¿Viste lo bonito que estaba el campo? Te das cuenta de que hay detalles que te has perdido porque no estabas realmente ahí. Tu mente viajaba lejos y se desconectó de lo que estaba viviendo.

Mindfulsex es un concepto que hace referencia al Mindfulness aplicado a la sexualidad. Y, ¿qué significa Mindfulness?

El mindfulness es la práctica de la atención plena, que se focaliza en el aquí y ahora. Esta práctica, descubierta por Jon Kabat-Zinn, conlleva bienestar emocional y si aplicamos esta técnica al terreno sexual, podemos lograr una experiencia más satisfactoria.

Podemos vivir el placer de dos formas: Hacerlo desde el ansia, las expectativas, la búsqueda… o, conectando con los sentidos y el presente.

La diferencia? Que, en la primera, estás en una persecución de un objetivo. En la segunda, estás conectado a la experiencia. Y eso lo cambia por completo.

Si comes un helado rápido porque tienes hambre o porque en 10 minutos entras a clase o a trabajar, ¿te gustará el helado? Seguramente sí, si encaja con tus gustos. Disfrutarlo, ya es otra cosa.

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¿Cuántas veces has tenido la sensación de que algo que has hecho, te ha gustado, pero no lo has disfrutado? Con cualquier tarea o actividad. Porque había muchas cosas revoloteando en tu mente y no estabas consciente de lo que sucedía.

Sin embargo, si ese helado, lo miras, lo hueles, le pasas la lengua, lo saboreas en tus labios y vas poniendo atención a cada bocado… el disfrute se multiplica.

Muchas veces vivimos una sexualidad desde una perspectiva mental. Y el principal problema cuando no se disfruta del sexo, es el exceso de análisis: analizar en detalle lo que hacemos o dejamos de hacer, cómo reacciona nuestro cuerpo o lo que pensamos qué debería suceder.

Cuando imaginamos y anticipamos lo que debería pasar en ese encuentro, estamos creando tensión y rigidez en el cuerpo. Y un cuerpo que no se relaja, no está abierto y receptivo al placer.

Imagina que estuvieras jugando a cartas con unos amigos y estuvierais pendientes de una alarma que, si suena, significa que hay que detener el juego. En el sexo, a veces estamos tan pendientes de hacerlo bien o pensando lo que va a ocurrir, que nos aleja de disfrutar, y cuando sucede algo inesperado, es como esa alarma que nos desconecta de la experiencia.

Vivimos el sexo desde la mente y se nos olvida que el sexo es cuerpo, es sensaciones y es piel.

¿Qué puntos define el Mindfulsex?

1. Conexión. La palabra conexión nos lleva a pensar en otra persona. Pero no necesariamente. También tienes que conectar contigo, con lo que sientes y percibe tu cuerpo.
El mejor sexo es el que ocurre entre dos personas que se encuentran conectadas. Si no lo estás, puedes empezar con un roce pequeño e ir escalando intensidad progresivamente.

2. Poner atención a la sensación, no a la acción. Al dar o recibir una caricia, pon atención a la sensación en sí. Así, dejas de ser un espectador, viviéndolo desde fuera, a ser protagonista. A implicarte en todo el proceso.

3. Respirar. La respiración no sólo ayuda a regular emociones, sino a movilizar la energía sexual y a conectar con el deseo y el placer. Respira durante la estimulación y las distintas fases de la respuesta sexual. Observa cómo vuestra frecuencia respiratoria va cambiando y permítete seguir tu ritmo.

4. Generar un espacio de intimidad. Un contacto visual, una sonrisa… facilita que el cuerpo se relaje y se cree complicidad entre dos personas. No es lo mismo un gesto frío y superficial, que un gesto cómplice. Para conectar se necesita sentirse cómodo con la otra persona.

5. Visión de principiante. Explorar la sexualidad desde la curiosidad como si se tratara de un juego o de vivir una experiencia por primera vez. Prueba a besar de forma consciente como en el ejemplo del helado. Cierra los ojos. Nota el contacto con sus labios, su textura, su temperatura, el sonido al rozarse, el ligero encuentro de la lengua abriendo paso… Cada experiencia se puede vivir de maneras muy distintas según cómo las llevemos a cabo.

6. Utiliza tus 5 sentidos
Observa cada detalle del otro: el lunar en su espalda, la rugosidad de sus manos, el olor de su cabello, la forma de sus piernas, el sonido que emite…
De este modo, las sensaciones se intensifican porque estás más presente en la experiencia.

Mindfulsex es otra forma de vivir la sexualidad, cuyo foco principal es la conciencia plena de todo el proceso.

No es lo qué haces en el sexo, sino cómo lo vives. Ahí radica la diferencia.

Mireia Muñoz.

Mireia Muñoz

Psicóloga, sexóloga y terapeuta

Soy Mireia Muñoz, psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas y directora del centro de psicología online Mireia Muñoz. Tengo más 15 años de experiencia y compagino la terapia con la docencia y la divulgación, enfocándome principalmente en la sexualidad, las relaciones de pareja y la gestión emocional. Me gusta ayudar a las personas desde un enfoque integrador, que abarca la mente, las emociones y el cuerpo. Puedes encontrar más información de mi en www.mireiamunoz.com y en mi Instagram, @mireiamunoz_psicologa

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