Historia erótica “Hotel Delicias” 5 – Rouze x Easytoys

Hotel Delicias

Episodio 5: ‘Pasión en el jardín’

Indie abre las puertas del invernadero. Una suave brisa sopla hacia ella mientras los rayos del sol le calientan el rostro. A excepción de una pareja, el hotel está vacío. Es de mañana y casi todo el mundo está fuera. Lógico, porque ¿quién quiere quedarse dentro con el tiempo que hace? El sol hace que Ámsterdam luzca en todo su esplendor, en el aire se respira la energía del comienzo del verano, y de un flirteo cuidadoso pero descarado. Indie mira con aprobación su jardín. Las rosas han crecido maravillosamente, como las demás flores de primavera. Sí, tiene buena mano, pero le gusta dejar el trabajo más pesado a otras manos. A las grandes manos de Greg, para ser exacto. Hay que podar el seto que rodea el jardín, al igual que el tilo, que también necesita una buena poda. Por suerte, Greg es un experto en todo.

Desde aquí tiene una buena vista de él. Hoy viste de forma casual. Sudadera gris, vaqueros azules. Con las manos sujeta un gran cortasetos. Ella ve cómo los músculos de sus brazos se tensan cada vez que corta las gruesas ramas con toda su fuerza. La mente de Indie divaga hasta el cuarto de baño de la habitación 13, donde Greg la había lamido hasta llevarla al clímax la semana pasada, bajo la atenta mirada de aquella traviesa pareja de Londres. Pero después de eso, Greg la había evitado. O al menos, lo había intentado. Sentía que la miraba cuando pasaba por delante de su habitación. Lo más desafiante posible. Y ella, por supuesto, hacía todo lo posible para llamar su atención. Lo único que quería era que él la contemplara de pies a cabeza. Que la amara de nuevo.

«Oye, qué buen trato le estás dado a ese seto” le dice pícara.

Greg se da la vuelta. Sus ojos verdes y grises, tan serios, pero sobre todo tan sexys, miran a Indie inquisitivamente. Le suda un poco la frente.

“¿Hay algo que no sepas hacer con las manos?» pregunta inquisitivamente.

No tiene intención de dejar que Greg termine su trabajo. Hoy le tiene reservado algo muy diferente. Y está segura de que él sucumbirá. La pícara pregunta de Indie sigue sin respuesta. Pero en su mirada, y en sus ojos clavados, ella vislumbra algo desafiante.

Ella sabe lo guapa que está hoy. Sus vaqueros ajustados marcan perfectamente su trasero. Y el discreto pero provocativo escote de su top negro seguro que tampoco le ha pasado desapercibido a Greg. ¿Habrá estado él pensando en lo ocurrido durante los últimos días? ¿En cómo le había follado el coño con la lengua mientras a la chica británica le penetraba con fuerza su novio cachondo? ¿De cómo todos los gemidos se fundían en un clímax?

“Ven, quiero enseñarte algo», dice Indie.

Lentamente, Greg se pone en movimiento.

“Ahhh, y ese cortasetos puede quedarse aquí, ¿vale?», continúa Indie, con la mayor picardía posible.

Moviendo las caderas, camina delante de Greg, que la sigue. Siente su mirada ardiendo en su trasero. Míralo bien, Greg… piensa. Un poco más y podrás tomarlo. Sonríe para dentro a sabiendas de lo sexy y traviesa que está siendo, decidida a seducirle.

“Aún no conocías éste lugar, ¿verdad? Se supone que un jardinero debería conocer todos los rincones del jardín, desde luego. Incluso los que son secretos”.

Indie le muestra el gazebo oculto, cubierto de vegetación y flores silvestres. «Y…», continúa, «tenía algo mejor pensado para ti». Suavemente, tira de él hacia ella. Ella siente el cosquilleo de la suave hiedra de la valla contra su espalda. Entonces le tantea la entrepierna con las manos mientras sigue mirándole.

“Me refiero a que… a este de aquí…. a ese no le prestamos la debida atención la última vez. Y me gustaría compensarlo ahora”. Indie centra su mirada en su entrepierna. Luego vuelve a mirar a Greg a los ojos. Ve cómo el placer se enciende en sus ojos. Mientras sigue mirándole, le manosea la entrepierna. ¡Qué maravilla! Ya está empalmado. Eso sí, aún puede ponerse más duro. Sin apartar la mirada de él, le baja lentamente la cremallera a sus vaqueros mientras clava sus ojos en los de él. Escucha que la respiración de Greg se acelera ligeramente.

«¿Aquí?», pregunta Greg con voz grave.

“Sí, aquí», jadea ella.

Con confianza, le agarra la polla. Su sexo palpita bajo su caricia. Indie siente que los músculos de su coño se contraen sutilmente, anhelando sentirlo en su interior.

Luego se arrodilla, y le baja el bóxer a Greg.

Se lame los labios húmedos y se inclina ligeramente hacia delante. Su polla está tiesa. Lista para su boca. Le baja un poco el prepucio, exponiéndole el glande. Es como un capullo en flor, muy apropiado para un jardinero como Greg. Su glande es grande y brillante. Con sus labios húmedos, lo rodea. Sólo su glande. Mmm, sí. Entonces empieza a lamer.

Él quiere más. Y ella también. Ahora se lo mete en la boca hasta el fondo. Un gemido se escapa de la boca de Greg.

Luego empieza a lamerle toda la polla. Largos lametones, empezando por el glande y siguiendo por todo el tronco. Con sus pequeñas y cálidas manos, le rodea los testículos.  Suavemente, pero con firmeza, los sujeta. Sabe que esto le está volviendo loco.

Es demasiado grande para meterla entera en la boca, pero lo intenta. Y joder, qué cachonda se pone. Disfruta de su hermosa y dura polla, sus huevos firmes, sus excitados gemidos. Sabe que ahora está empapada. Aunque en secreto lo lleva estando todo el día. Mientras se duchaba esta mañana, se ha hecho un dedo. Estaba tan excitada que se ha corrido en un instante. ¿Fue el aire veraniego? ¿O se debía al hecho de que sabía que hoy volvería a ver a Greg?

«Quiero follarte, Indie. Ven aquí».

Ella pensó que nunca se lo pediría. Qué idea más apetecible: que estuviera guardando su semen para ella, queriendo correrse con ella.

Lentamente, Indie se levanta. Deprisa, Greg le desabrocha los vaqueros y le frota el coño, cubierto por la fina tela de encaje de la ropa interior. Cuando Indie empieza a besarle, le aparta las bragas, le agarra la pierna, se la pasa por detrás de la cintura, y de golpe, la penetra.

Joder, estaba tan lista para esto. Y su polla encaja perfectamente. ¡Ohhh! Por lo que parece, tienen admiradores. ¡Son unos huéspedes, esa joven pareja de París, de la habitación 12! Ella sabía perfectamente que las habitaciones 11 y 12 daban a esa parcela de jardín.

Mientras, Greg mira cómo su polla se desliza dentro y fuera de ella…

“Mmm sus embestidas son tan potentes…” piensa ella.

Indie observa a la pareja disfrutando visiblemente de lo que está ocurriendo en el gazebo. La francesa empieza a tocarse entre las piernas suavemente. Lleva unas bragas rojas de encaje. Ohhhh, sí… joder, la chica la está mirando ahora, mientras su novio le desabrocha el sujetador y luego se quita su propia ropa. ¿Se la follará tan bien como Greg se la está follando a ella?

“Mmmm”…, observa como el chico aprieta a su novia contra la puerta del balcón, sus pechos desnudos son súper sexys…. Ohhh, a juzgar por la boca de la chica, le están dando pero bien, mmmmm… Las manos de Greg agarran sus caderas con fuerza y él la empuja con más fuerza. Él también necesita ver esto.

Se libera de él y le da la vuelta para que se apoye en la hiedra. Pero como Indie no quiere perderse a la sexy pareja francesa, empuja su culo contra la entrepierna de Greg. «Quiero que me folles por detrás», gime Indie. «Y…» Hace una pausa por un momento… «Que veas lo que yo veo…»

«Joder, Indie… Dijiste… ….»

«Ssshhh», le responde ella. «Sé que esto te excita tanto como a mí».

Entonces él la posee de nuevo. Profundamente.

«¡Ahhhh, así sí que sí, esto sí que es placer Greg!” gime Indie suavemente, mientras contempla la mirada excitada del chico francés. Observa a la chica jugar con sus grandes pechos. De su boca parecen escapar unos deliciosos gemidos mientras no aparta ni un segundo la mirada de Greg e Indie.

«Estoy a punto de correrme, Indie», ruge Greg. «Estás tan buena. Y aquellos de allí también. Joder, no aguanto más»

Indie se marea. La visión de esa pareja de franceses excitados, la gran polla de Greg que nunca se rinde, ahhhh.

Ella siente que se acerca al orgasmo, lenta pero inconfundiblemente, ¡ahhhhh!, todo se contrae, los músculos de su coño, los músculos de sus piernas, sus nalgas, es….. Un fuerte gemido escapa de su boca, y entonces siente con fuerza los profundos chorros de semen que Greg eyacula dentro de ella. Cuando se da la vuelta, Greg la mira con picardía. Ella siente cómo un poco de semen caliente se escapa lentamente desde su coño.

Aunque la labia no le falta, de repente no sabe qué decir. Para ganar tiempo, se pone las bragas en su sitio y se sube los vaqueros.

“¿Crees que te gustaría… no sé, que tengamos…. sexo exclusivamente …. y sólo entre nosotros?» pregunta Greg.

Un tono inseguro impregna su respuesta. Se da cuenta perfectamente. La idea… Ella…. a solas con Greg. Juntos. Una pareja. Le produce un cosquilleo en el estómago. Greg la mira tímidamente. Ella no puede adivinar lo que está pasando por su cabeza en ese momento. No contesta. Entonces ella se recupera. Mejor deja pasar el comentario de Greg y disfrutar de lo que tiene con él: muy buen sexo.

Mientras Indie se aparta de él, observa cómo la francesa, íntimamente entrelazada con su amante, recupera el aliento. Por lo que parece, la Habitación 12 también está más que satisfecha.

La serie “Hotel Delicias” es una producción de la plataforma de audio erótico Rouze. Aviva tu imaginación y escucha (o lee) las historias en www.rouze.me. Esta serie fue creada en colaboración con Easytoys.

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