Historia erótica “Hotel Delicias” 13 – Rouze x Easytoys

Hotel Delicias

Episodio 13: “Viejos amores, nuevas oportunidades”

Indie lo dejó todo, incluyendo la preparación de Simón para su propia fiesta de despedida. “Confía en mí, Indie”, había dicho. Sé cómo organizar una fiesta”. Simón se pasó todo el día trabajando en su lista de música y montando la cabina del DJ. Por la tarde, un amigo le había traído un juego completo de luces de discoteca, una luz estroboscópica y una máquina de humo. Simón se pasó casi un par de días trasladando todos los muebles al sótano para poder montar una pista de baile en condiciones. Esta noche va a turnarse pinchando con unos amigos, para no estar sólo arriba en la cabina durante su propia fiesta y así poder charlar y despedirse de todo el mundo en la pista de baile.

Los invitados entran lentamente. Indie está apoyada en la barra, con un vaso de agua con gas en la mano. Intenta disfrutar de la vibrante fiesta que tiene lugar ante sus ojos; tiene que admitir que Simón lo hace bien. La luz del vestíbulo se atenúa, las luces disco recorren las paredes como reflectores, enfocando con precisión y a cada momento distintos detalles: las tallas de madera, la estatua de María, el estampado floral. Lo ha conseguido: casi todo el mundo está bailando. Indie reconoce a algunos de los amigos de Simón que a veces vienen a recogerlo después de su turno y, como él, siempre se quedan más tiempo charlando.

Se da cuenta de que también han llegado algunos huéspedes alojados en el hotel. La chica de la habitación 15 que no paraba de intentar seducir a Greg, buscando cualquier excusa para desnudarse frente a él… Se va a quedar todo el verano, le ha dicho a Indie. Indie recuerda cómo les observó en secreto a través de las cámaras de vídeo de su portátil, con sus pequeños y exquisitos pechos, sus gemidos insonoros… Todavía le avergüenza un poco haber irrumpido así, pero también disfruta disimuladamente de este secreto tan sexy. Ah, y reconoce a la pareja que llegó al Hotel Delicias la semana pasada, ambos cuarentones, pero en plena forma. El segundo gran amor de cada uno, le habían confiado. No podían quitarse las manos de encima. Indie estaba deseando darles su paquete de bienvenida con un vibrador para parejas.

Indie sonríe: lo había conseguido de todos modos, había creado este ambiente, una atmósfera en la que las fiestas podían organizarse sin más entre el personal y los invitados, disfrutando todos del mismo deseo de diversión. Aún no ha conseguido mezclarse con la gente en la pista de baile. Aunque disfruta del ambiente animado del vestíbulo, su mente no deja de divagar sobre todo lo sucedido en los últimos meses: el gran éxito del Hotel Placer, las aventuras que ha vivido, pero también su viaje a Barcelona, y el nuevo futuro que se abre y se expone ante ella allí, si lo desea… Y, por supuesto, Greg, el maravilloso y tierno Greg, a quien rompió el corazón. Por no hablar de su propio corazón roto. También por su propia culpa. Aún no le ha visto esta noche. Ella entiende que es una situación extraña, pero no es propio de Greg mantenerse alejado del todo, siendo tan leal como es.

“¡Eh, jefa! De repente, Simón está frente a ella. Jadeando un poco tras los pasos de baile que acaba de verle hacer en la pista.

“Vaya, Simón, no sabía que también sabías bailar…”

“Ya me conoces, jefa, se me da bien el cuerpo”. Le guiña un ojo. Ella no puede contener la risa.

“¡Tienes razón!” La coge de la mano y quiere arrastrarla con él a la pista de baile. Su agua con gas se derrama del vaso.

“¡Ah, mierda, lo siento!” Le quita el vaso. Antes de dejarlo en la barra detrás de ella, lo huele un momento. “¿Agua? Pero Indie, ¡esto es una fiesta! Estamos celebrando la vida. Aunque seas la jefa del hotel, puedes soltarte de vez en cuando, ¿no? Mañana limpiaremos todos, lo prometo”. Por debajo de la barra saca una botella cara de ginebra. Le vierte un copazo, mucho más de lo que normalmente suele beber. Ella toma un sorbo con cuidado y luego, finalmente, se deja arrastrar a la pista de baile.

Simón tiene razón: debería soltarse un poco esta noche. Se toma el resto del vaso de un trago y se pone a bailar. Siente su cuerpo cada vez más suelto, más libre. Cierra los ojos, mece las caderas al ritmo y levanta los brazos. Baila con quien quiera bailar con ella, con Simón, por supuesto; y con ese amigo tan guapo de Simón con un piercing en una ceja un poco chungo pero que le queda fabuloso; la chica de la habitación 15, que luego desaparece de la pista para preparar su sorpresa para Simón. A veces su mirada se cruza con la de Anthony, que está en un rincón del vestíbulo enfrascado en una profunda conversación con la pareja que es el segundo gran amor del otro. De hecho, no le esperaba aquí en la pista de baile, pero se alegra de que haya venido, de que forme parte de todo esto. Aún no se sabe nada de Greg…

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Esta historia tiene tres finales posibles. ¿Cuál eliges?

Opción 1 de Cliffhanger: Yasmin

Alguien le da otro vaso y ella se lo bebe. Y de repente se encuentra bailando con una mujer impresionante, un enorme manojo de rizos rojos que se iluminan casi de violeta en la luz estroboscópica azul, los ojos claros, maquillados con estilo ahumado, el cuerpo lleno de vida, la mirada alegre. A veces Indie baila con los ojos cerrados, a veces establece contacto visual con esta bellísima aparición que tiene delante, no puede evitar reírse ante su rostro sonrojado y esa gran sonrisa que parece estar permanentemente en su cara. Entonces la mujer la coge de la mano y hace girar su cuerpo en una pirueta. Indie sonríe.

¿Cuándo fue la última vez que se sintió tan feliz? Qué bien sienta esto: no tener que arreglar las cosas, sino simplemente moverse, bailar, celebrar la vida.

Mientras la mujer lleva a Indie al bar a por un poco de agua, Simón se les une.

“Ah, así que ya os conocéis”, dice él.

Indie se ríe.

“Por qué… ¿tenías un plan para nosotras?”

“Exactamente”, continúa Simón. “Pensé: obviamente te va a resultar imposible encontrar un anfitrión tan encantador como yo… Pero de lo que sí estoy seguro es que sí podemos encontrar una anfitriona tan encantadora como yo. No quiero meterme en tus asuntos jefa, por supuesto, pero Yasmin, aquí presente, sería la candidata perfecta para hacerse cargo de mi trabajo”.

Indie mira a la mujer.

“Yasmin, esta es Indie”.

Ella lo sabía, por supuesto. Simón le había contado mucho sobre este lugar, y ella parece que no puede dejar de hablar sobre lo guay que le parece el trabajo…

“Buen momento para quitarme del medio”, interrumpe Simón. “Creo que Cal, de la habitación 15 tiene otra sorpresa para mí.

“Lo digo en serio”, continúa Yasmin, una vez que Simón se ha ido del vestíbulo. “Me parece genial cómo has podido hacer que todo esto crezca tanto”. Indie se sonroja.

“Qué tierno”, responde Indie. “Aunque, desde luego, no lo he hecho sola. ¿Simón y tú os conocéis desde hace mucho tiempo?”

“Oh, sí”, dice Yasmin, “Nos conocemos desde hace muuuuucho tiempo”.

“¿Como ligues?” Indie la mira inquisitivamente.

“Jajaja”, dice Yasmin, “lo intentamos. Pero ahora somos buenos amigos. No se me da bien comprometerme, me gusta más vivir la vida…”.

“¿Es cosa suya o Yasmin no deja de mirarle la boca?” se pregunta Indie.

Justo cuando Indie intenta averiguar si Yasmin está insinuando algo, su mirada se detiene en la puerta principal que se abre. Su corazón da un brinco. Greg ha venido después de todo… Entra, pero no está solo. A su lado aparece una mujer a la que Indie no ha visto nunca. Ella sonríe a Greg mientras le cuelga el abrigo, y hace una broma que Indie no puede oír por encima de la música. Indie siente cómo se le revuelve el estómago y se le vuelve a romper el corazón. Greg capta su mirada y se acerca a ellas. Yasmin mira de Indie a Greg e instintivamente comprende la situación. Pone la mano en el antebrazo de Indie y dice: “Voy a seguir bailando, nos vemos luego”. Greg sigue cogiendo la mano de la mujer mientras se paran frente a Indie. Ella va elegantemente vestida, tiene suaves facciones y el mismo aspecto tranquilo que Greg. Uno al lado del otro, parecen casi perfectos.

“Te presento a Moira”, dice Greg. Mira a la mujer con una mirada suave que Indie nunca antes había visto en su rostro. “Mi gran amor”.

Opción 2 de Cliffhanger: Björn

Alguien le da otro vaso y ella se lo bebe. Y de repente se encuentra bailando con un hombre alto y esbelto, de pelo rubio ceniza, que sigue el ritmo ante sus ojos. Indie se da cuenta de que tiene los ojos profundos, como si hubiera una suave tristeza escondida en su interior. Pero su mano bombeando al ritmo de la música muestra que no hay lugar para eso aquí, en la pista de baile. A veces Indie baila con los ojos cerrados, a veces hace contacto visual con esta aparición misteriosa frente a ella, se ríe de los movimientos de su brazo robótico y de la tímida sonrisa en su rostro.

Entonces el hombre agarra la mano de Indie y gira su cuerpo en una pirueta. Indie se ríe. ¿Cuándo fue la última vez que se sintió tan eufórica? Qué bien sienta esto: no tener que arreglar las cosas, sino simplemente moverse, bailar, celebrar la vida.

Mientras el hombre lleva a Indie al bar a por un vaso de agua, Simón se les une.

“Ah, así que ya os conocéis”, dice. Indie se ríe.

“¿Por qué? ¿Tenías planes para nosotros?”

“Exactamente”, continúa Simón. “Pensé, por supuesto, que te será imposible encontrar un anfitrión holandés que sea tan encantador como yo… Pero de lo que sí estoy seguro es que podemos encontrar un anfitrión sueco que sea tan encantador como yo. No quiero meterme en tus asuntos, jefa, pero creo que Björn sería el candidato perfecto para hacerse cargo de mi trabajo”. Indie mira al hombre misterioso.

“Björn, esta es Indie”.

“Él lo sabía, por supuesto. Simón le había contado mucho sobre este lugar, y no puede dejar de hablar sobre lo guay que le parece el trabajo…

“Buen momento para quitarme del medio “, irrumpe Simón. “Creo que Cal, de la habitación 15 tiene otra sorpresa para mí”.

“Lo digo en serio”, continúa Björn, una vez que Simón se ha ido del vestíbulo. “Me parece genial cómo has podido hacer que todo esto crezca tanto”. Indie se sonroja.

“Qué tierno”, responde Indie. “Aunque, desde luego, no lo he hecho sola. ¿Simón y tú os conocéis desde hace mucho tiempo?”

“Desde el verano pasado”, dice Björn. “Cuando llegué a Ámsterdam. Nos conocimos en un círculo de hombres”.

“¿Un círculo de hombres?” Indie lo mira con curiosidad.

“Sí”. Björn se ríe de nuevo con esa risa misteriosa que Indie no puede comprender. “Para entrar en contacto con los deseos más profundos de uno mismo”.

“¿Es cosa suya o Björn no deja de mirarle la boca?” se pregunta Indie.

Justo cuando Indie intenta averiguar si Björn está insinuando algo, su mirada se detiene en la puerta principal que se abre. Su corazón da un brinco. Greg ha venido después de todo… Entra, pero no está solo. A su lado aparece una mujer a la que Indie no ha visto nunca. Ella sonríe a Greg mientras le cuelga el abrigo, y hace una broma que Indie no puede oír por encima de la música. Indie siente cómo se le revuelve el estómago y se le vuelve a romper el corazón. Greg capta su mirada y se acerca a ellas. Björn mira de Indie a Greg e instintivamente comprende la situación. Pone la mano en el antebrazo de Indie y dice: “Voy a seguir bailando, nos vemos luego”. Greg sigue cogiendo la mano de la mujer mientras se paran frente a Indie. Ella va elegantemente vestida, tiene suaves facciones y el mismo aspecto tranquilo que Greg. Uno al lado del otro, parecen casi perfectos.

“Te presento a Moira”, dice Greg. Mira a la mujer con una mirada suave que Indie nunca antes había visto en su rostro. “Mi gran amor”.

Opción 3 de Cliffhanger: Daphne

Alguien le da otro vaso, ella se lo bebe. Y de repente, se encuentra bailando con la mujer más elegante que jamás haya visto, peinado oscuro, delineador de ojos súper fino, parece tener el control total. A veces Indie baila con los ojos cerrados, a veces hace contacto visual con esta apariencia irresistible frente a ella. Se ríe al ver sus mejillas sonrojadas que contrastan con la blusa blanca que lleva abotonada hasta arriba. Entonces Indie agarra la mano de la mujer y gira su cuerpo en una pirueta, luego se ríe. ¿Cuándo fue la última vez que se sintió tan eufórica? Qué bien sienta esto: no tener que arreglar las cosas, sino simplemente moverse, bailar, celebrar la vida.

Cuando Indie lleva a la mujer al bar para beber un vaso de agua, Simón se les une.

“Ah, así que ya os conocéis”, dice. Indie se ríe.

“¿Por qué? ¿Tenías planes para nosotras?”

“Exactamente”, continúa Simón. “Pensé, por supuesto, que te sería imposible encontrar un anfitrión holandés que sea tan encantador como yo… Pero de lo que sí estoy seguro es que podemos encontrar una anfitriona mujer que sea tan encantadora como yo. No quiero meterme en tus asuntos, jefa, pero creo que Daphne sería la candidata perfecta para hacerse cargo de mi trabajo”. Indie mira a la mujer.

“Daphne, esta es Indie”.

Ella lo sabía, por supuesto. Simón le había contado mucho sobre este lugar, y parece que no puede dejar de hablar sobre lo guay que le parece el trabajo…

“Buen momento para quitarme del medio “, irrumpe Simón. “Creo que Cal, de la habitación 15 tiene otra sorpresa para mí”.

“Lo digo en serio”, continúa Daphne, una vez que Simón se ha ido del vestíbulo. “Simón está realmente impresionado con la forma en que construiste este hotel desde cero”. Indie se sonroja.

“Qué tierno”, responde Indie. “Aunque, desde luego, no lo he hecho sola”. ¿Simón y tú os conocéis desde hace mucho tiempo?”

“Si, hace bastante, pero en realidad no nos conocemos muy bien.”, dice Daphne. “Nos conocimos en el hotel en el que trabajé antes.”

“Ahhhh, ¿y sólo erais compañeros?” Indie la mira inquisitivamente.

“Por supuesto”, dice Daphne. “No quiero líos en el trabajo, me gusta mantener la profesionalidad”, Indie no puede evitar posar su mirada en la boca de Daphne por un momento…

Justo cuando Indie intenta averiguar si Daphne habla en serio, su mirada se detiene en la puerta principal que se abre. Su corazón da un brinco. Greg ha venido después de todo… Entra, pero no está solo. A su lado aparece una mujer a la que Indie no ha visto nunca. Ella sonríe a Greg mientras le cuelga el abrigo, y hace una broma que Indie no puede oír por encima de la música. Indie siente cómo se le revuelve el estómago y se le vuelve a romper el corazón. Greg capta su mirada y se acerca a ellas. Daphne mira de Indie a Greg e instintivamente comprende la situación. Pone la mano en el antebrazo de Indie y dice: “Voy a seguir bailando, nos vemos luego”. Greg sigue cogiendo la mano de la mujer mientras se paran frente a Indie. Ella va elegantemente vestida, tiene suaves facciones y el mismo aspecto tranquilo que Greg. Uno al lado del otro, parecen casi perfectos.

“Te presento a Moira”, dice Greg. Mira a la mujer con una mirada suave que Indie nunca antes había visto en su rostro. “Mi gran amor”.

La serie “Hotel Delicias” es una producción de la plataforma de audio erótico Rouze. Aviva tu imaginación y escucha (o lee) las historias en www.rouze.me. Esta serie fue creada en colaboración con Easytoys.

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