Cenas de Navidad: Jamás preguntes esto
Las cenas de Navidad son el contexto ideal para hacer y recibir preguntas incómodas de manera super normalizada y justificada. Pero todos sabemos que cuando la suegra o nuestro tío Paco nos pregunta algo incómodo solo deseamos que llegue el postre, así que vamos a hacer un mini-análisis de las situaciones que se pueden dar y cómo podemos gestionarlo de la mejor forma.
“Has cogido unos kilillos eh”
En el TOP 4 peores comentarios de las Navidades se encuentran los relacionados con el físico, y además se suelen hacer sin ningún tipo de vergüenza. Seguimos teniendo super normalizado opinar sobre el físico de la gente, ya bien sea desde el humor o desde la “confianza” y esto es tremendamente peligroso. Os cuento un mini truco para no meter la pata:
“La regla de los 3 segundos” Consiste en no hacer ningún comentario sobre el físico de la otra persona que no se pueda solucionar/reparar en tres segundos. Ejemplos:
- Tu tía Marisa se ha manchado de turrón por toda la barbilla (Se lo puedes comentar porque puede solucionarlo en el momento ) ✅
- Tu primo Héctor ha adelgazado muchísimo en estos meses ( Es un comentario que puede hacerle sentir incómodo y que no se trata de algo puntual, así que mejor no decimos nada ) ❌
“Bueno, ¿Ya tienes algún/a churri por ahí?”
Dentro del espectro de comentarios incómodos que puedes recibir en una cena familiar, este diría que es el más recurrente cuando eres adolescente. Cuando tienes catorce o quince años, se da por hecho que estás en esa etapa en la que ya se va acercando el momento de dejar clara tu orientación sexual, o demostrarle al mundo que eres más válido porque ya has podido experimentar el hecho de tener pareja.
Esta pregunta puede resultar molesta porque estamos dando por hecho que la persona quiera compartir con nosotros primero, su orientación sexual ( ya que se le está preguntando por el o la churri) y segundo, su vida personal y privada. Si una persona tiene pareja ya decidirá contarlo ella misma cuando le apetezca o esté preparada.
La manera más adecuada y cómoda de preguntarle a alguien por sus relaciones es no asumiendo el género de estas, por ejemplo: Paula, ¿ Tienes pareja ? Es tan simple como formular de esta manera la pregunta y en el momento adecuado. En los encuentros familiares y sobre todo en Navidad, no es la situación más idónea porque la persona puede verse presionada.
“Tienes buen apetito eh”
Es bastante frecuente encontrarnos con este tipo de comentarios en ambientes de adultos, cuando tu tío Paco le dice a tu madre que si se quiere comer su plato también. O cuando tu madre le comenta a tu hermana cuantos mazapanes se piensa comer que se está poniendo apañadica o lo rápido que come.
Debemos tomar conciencia del impacto que pueden tener nuestros comentarios “de broma” o “en confianza” en la otra persona. No tenemos ni idea de si esa persona está pasando por un mal momento con su imagen corporal o la relación que tiene con la comida, o simplemente de si está pasando por una mala racha en general. Así que lo mejor es hacer caso a la abuela y cerrar nuestra boquita para que así no entren moscas, a veces preferible un silencio incómodo que una persona incómoda en la mesa.
Vamos a evitar verbalizaciones del estilo:
- “¿Todo eso te vas a comer?”
- “ Come un poco más, que estás como un palo” “ Deja hueco para el postre anda”
- “ Cuando acaben las Navidades habrá que ponerse a dieta jajajaj”
- “¿Dónde metes todo eso ? Para todo lo que comes…estás muy delgadx”
“Que se os pasa el arroz eh”
La maternidad es un tema absolutamente recurrente en las reuniones familiares. Es muy frecuente preguntar a las parejas que ya llevan unos añitos de relación y tienen una vida más o menos estructurada, cuando llevan la idea de tener hijos, aunque esto resulte tremendamente incómodo para ellos. Muchas veces se nos va un poquito y nos creemos con el derecho de entrometernos en las vidas de los demás sin tener un mínimo en cuenta como les puede afectar.
Vamos a desmitificar un poco que ya sabéis que me encanta:
- No existe una edad ideal para decidir tener hijos
- No todas las parejas están obligadas a tener hijos y no se les debe cuestionar su decisión
- El hecho de que alguien no tenga hijos muchas veces no se debe a que no quiera, pueden haberse dado mil situaciones que hayan imposibilitado esa decisión y no es nuestro asunto.
- Las cenas familiares no son momento ni lugar para elegir hablar de temas personales y ajenas a nosotros.
El turrón y los límites
Cuando somos nosotros los que recibimos este tipo de comentarios, muchas veces no sabemos cómo responder. Ya bien sea por el contexto en el que nos encontramos ( que no la queremos liar ) o porque nos generan mucha incomodidad, pero estamos en todo nuestro derecho de responder a ellos.
Aquí algunas claves:
- Nos ponemos en la situación de que durante la cena de Nochebuena, tu tío Paco decide comentar lo feo que le parece tu outfit. Puedes levantarte de la mesa, pero si crear esa situación de “mal rollo” no te apetece mucho, puedes probar a contestarle: “ El comentario que acabas de hacer está fuera de lugar” o “Oye, este comentario me hace sentir mal, agradecería que no lo volvieses a hacer ” por ejemplo.
- Puedes decidir no acudir a una cena de Navidad porque no te apetezca interactuar con según qué familiar o parte de la familia.
- Puedes comer lo que apetezca sin darle explicaciones a nadie: repetir el plato porque te ha gustado mucho, servirte otro canapé o no terminarte todo el caldo.
- Si eres menor y tus decisiones están limitadas por el criterio de tus padres, será importante intentar entablar un diálogo previo a la cena para poder negociar con ellos.
Debemos tener en cuenta que para poder poner límites tenemos que encontrarnos en una situación que nos permita tener la capacidad de actuar. En nuestra familia también podemos encontrarnos en relaciones donde se dan dinámicas de violencia o abuso, y en estos casos puede resultar muy difícil poner límites porque contamos con muy poco campo de acción. No te culpes por ello, muchas veces la mejor opción es buscar ayuda psicológica.
Julia Moreno.
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