Así mimarás su pene con un increíble masaje lingam

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¿Quieres mimar a tu pareja? ¡Pues regálale un maravilloso masaje lingam! Con este masaje de pene no solo jugarás con tus manos, sino que realmente lo deleitarás. ¡Con los siguientes consejos, darás un masaje lingam perfecto!

¿Qué es un masaje lingam?

Lingam es una palabra en sánscrito que simboliza los genitales masculinos. Forma parte del masaje tantra y, por lo tanto, se centra principalmente en convertir la energía sexual en fuerza y ​​energía vital. De este modo, un masaje lingam no tiene como objetivo llevar a tu pareja al clímax, sino que está destinado a mejorar los flujos de energía en el cuerpo y promover la energía sexual.

¿Cómo puedes dar un masaje lingam?

1. Asegúrate de que esté relajado

Pídele a tu pareja que se acueste de espaldas con una almohada debajo de la cabeza. Si es necesario, coloca una toalla debajo de su cuerpo. Crea un ambiente cálido y agradable en la habitación. Puedes hacerlo, por ejemplo, encendiendo velas (perfumadas) y poniendo música tranquila y suave. Encontrarás una amplia variedad de música para masajes en aplicaciones como Spotify. Pídele a tu pareja que respire profundamente desde el estómago. Haz que separe las piernas para que su pene y sus testículos queden completamente expuestos y a continuación toma asiento entre sus piernas.

2. Usa lubricante

Aplica en tus manos una cantidad generosa de lubricante y caliéntalo frotándote las manos. Asegúrate de usar suficiente lubricante. No uses aceite de masaje, porque masajearás el pene más tarde. El aceite de masaje común puede causar irritación de los genitales y, para evitar tener que interrumpir el masaje para lavarte las manos antes de continuar, es mejor usar lubricante directamente. Hay disponibles lubricantes en prácticos dosificadores e incluso hay lubricantes de masaje especiales. Utiliza preferiblemente un lubricante a base de silicona, ya que se seca con menos rapidez.

3. No empieces de inmediato con su pene

En un masaje lingam es importante trabajar lentamente hacia el pene. Mira profundamente a los ojos de tu pareja y luego masajea primero su cuello y sus hombros. Puedes realizar movimientos de caricia o amasamiento. A continuación, acaricia su pecho y masajea sus pectorales. Antes de ir a su pene, primero puedes pasar por sus piernas. Masajea sus espinillas y muslos con firmeza. Cuando llegues a sus genitales, masajea ampliamente sus ingles. Como las ingles son sensibles, acariciarlas con las manos es suficiente.

4. Que comience el masaje de pene

Ahora puedes pasar a su zona púbica. Asegúrate de usar suficiente lubricante. Continúa masajeando la ingle de vez en cuando también. No vayas directamente al eje de su pene todavía, masajea primero sus testículos. Puedes cogerlos en la palma de tu mano, acariciarlos con los dedos y tirar de ellos muy suavemente. Pero cuidado: no a todos los hombres les gusta esto. Puedes preguntarle de vez en cuando si le gusta. Presta atención también a su mirada, que puede indicarte si le está gustando. Además, puedes acariciar su perineo. Se trata de la zona entre el escroto y el ano (este lugar también está presente en las mujeres). Por ejemplo, puedes acariciar su perineo con los pulgares mientras masajeas sus ingles y su zona púbica con los demás dedos.

5. Y llegamos al eje del pene

Por fin has llegado al eje del pene. Ten en cuenta que este masaje es distinto a una masturbación normal. Tienes que proceder muy lentamente durante todo el masaje. Hay varias técnicas de masaje que puedes utilizar:

  • El amasador: coge su eje con ambas manos y apriétalo. Aprieta suavemente y un poco más fuerte, y pregúntale qué le gusta.
  • El saludo del glande: para esta técnica se utiliza un dedo. Coge el eje del pene con una mano. Usa el dedo de la otra mano para hacer pequeños movimientos circulares sobre su glande. No te olvides del frenillo, se trata del pequeño pliegue entre el prepucio y el glande.
  • El escurridor: coge su eje con ambas manos en toda su longitud (en la medida de lo posible) y con mucho cuidado realiza un movimiento de retorcimiento, girando las manos en distintas direcciones.
  • La técnica del ordeño: utiliza ambas manos para esta técnica. Empieza por la base y cubre su pene con las manos. Desliza tus manos hacia arriba de una en una, más allá de su glande, y vuelve a empezar desde la base.
  • El sacacorchos: pon una mano en la base y cubre el eje de su pene con la otra. Mueve suavemente tu mano hacia arriba con un movimiento circular. Haz un movimiento de torsión adicional solo en el glande, como si estuvieras abriendo el tapón de una botella.
  • El esquiador: utiliza ambos pulgares. Comienza en la parte inferior de su escroto y desliza tu pulgar hacia el glande de uno en uno. Repite estos movimientos como si tus pulgares estuvieran “esquiando” sobre su eje.

De vez en cuando, pregúntale si le gusta lo que estás haciendo, pero no lo agobies con demasiadas preguntas para que se mantenga relajado y pueda disfrutar. Además, no te olvides de masajear su zona púbica, las ingles y tal vez los muslos alguna que otra vez.

“De vez en cuando, pregúntale si le gusta lo que estás haciendo, pero no lo agobies con demasiadas preguntas”.

6. Opcional: masajea “el punto sagrado”

A algunos hombres les encanta cuando se estimula su próstata. La próstata es un pequeño órgano que puede producir intensas sensaciones de placer cuando se estimula. La próstata se encuentra a unos 5 centímetros de profundidad en su lado abdominal. Al insertar uno o dos dedos en su ano, sentirás un bulto: esta es la próstata.

Puedes masajear este lugar con uno o dos dedos, tras lo cual lo más probable es que tu pareja tenga un clímax intenso. ¿Tu hombre no está acostumbrado a la estimulación prostática o incluso a la estimulación anal? En ese caso, masajear la próstata puede ser demasiado para él. Aclara de antemano si quiere que se lo hagas o no. Si no quiere, déjalo estar simplemente en un masaje de pene. En caso de que sí quiera, asegúrate de usar suficiente lubricante para que el masaje le resulte cómodo.


7. Termina el masaje lingam

Puedes continuar hasta que eyacule, pero no es necesario, ya que el orgasmo no es el objetivo de un masaje lingam. Al final del masaje, puedes pasar tus manos desde su entrepierna hasta su pecho y corazón para distribuir la energía sexual por su cuerpo. Ahora podéis optar por descansar o pasar a otros actos sexuales.

¿Tu pareja ha quedado satisfecha con el masaje lingam que le has dado? ¡Cuéntanos tu historia en un comentario a continuación e inspira a otras personas!

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