Afrontar el duelo

Dejarlo, romper, alejar, abandonar, perder son conceptos que están cargados de tristeza y sufrimiento. Nadie está preparado para un duelo y lo más difícil de este es enfrentarnos a la idea de que no hay otra opción. Lo más difícil del dolor es que tiene que doler, todavía no existe nada que nos libre de esta movida aunque nos empeñemos en evitarlo.

El dolor tiene que doler

Se nos ha vendido el concepto de que podemos pasar cualquier proceso sin enfrentarnos al dolor, y spoiler: no es posible. Por desgracia no hay ninguna alternativa a esto, la vivencia de pérdida es un suceso inherente a la vida.

La evitación es un comportamiento muy común cuando hay algo que nos está produciendo un gran malestar, y a largo plazo puede resultar bastante adaptativo.

¿Estoy muy triste? Este viernes me voy a beber hasta el agua de los floreros y así me olvido un rato, me voy a pegar cuatro horas en el gym o voy a quedar con tres personas para escapar de la soledad todo lo que pueda. Y es que la realidad es que huir funciona, por un momento parece que este dolor no existe y eso nos “alivia” una poquita. Pero eso, solo por un momento.

Materializar el dolor

Con esto soy tremendamente pesada por mis redes, pero es que estoy convencidisima de que es crucial para cualquier proceso que implique superar algo doloroso. Escribir sobre lo que nos está quemando por dentro nos permite poder “sacarlo” y tenerlo en frente, lo hacemos todavía más real.

Hacer un registro de nuestro dolor nos ayuda a entender por qué nos sentimos así, ver cómo estamos progresando y lo que dejamos atrás. Algo que puede resultar muy cómodo es comprarnos una libretita específicamente para ello y ponernos el objetivo de escribir ahí varias veces al día.

Otro beneficio indudable de escribir es que nos permite mantener una distancia con esos pensamientos y verbalizaciones que nos hacen tanto daño, nos da una perspectiva global y nos ayuda a modificar aquellos que nos mantienen dentro del problema.

Cuando no quieres que deje de doler

Hace poco en uno de mis vídeos hablaba de la existencia de un segundo duelo (lo llamé el duelo por el duelo), ese momento en el que te das cuenta de que esa pena y sufrimiento que te inundaba al principio ya no existe. Tus sentimientos han cambiado de forma y afrontar eso para sorpresa de absolutamente nadie: también es muy triste. En realidad diría que se trata de un mix entre nostalgia*, tristeza y anhelo, una movida vamos.

Por otra parte, algo que nos gusta mucho es intentar controlar el paso del tiempo. Cuando nos damos cuenta de que esto es imposible pero no queremos asumir que ya hemos pasado página o estamos a punto de hacerlo, decidimos quedarnos a vivir en el recuerdo.

¿Qué función tiene querer seguir sufriendo? Pues precisamente ayudarnos a no olvidar, suena paradójico pero es así.

“Me niego a aceptar que ya no me dueles como antes porque eso significaría haberte olvidado.”

“ Si pienso en esa persona todos los días jamás la olvidaré.”

*Nostalgia: etimología:  (nóstos) “regreso”, y (-algía), que quiere decir “dolor” :regreso al dolor

Hablar de etapas es un poco useless

Existen tantos tipos de duelos como personas y hablar de “fases” como algo universal solo nos hace retroceder. Los duelos como las demás conductas son contextuales y están influidos por muchísimas variables.

En el caso de que existiesen dichas etapas no se darían siempre en el mismo orden, dependerá de qué tipo de vínculo que se tuvo, las dinámicas de relación, creencias y valores de la persona, cultura(el duelo no se vive de la misma forma si escuchas al lana del rey que con una playlist de natos y waor) et. No se vive igual un duelo de ruptura por infidelidad que un duelo por imposibilidad de estar juntos por motivos que nada tienen que ver con el estado de nuestra relación. Una persona que cuenta con un colchón social y una amplia red de amistades no vivirá el duelo de la misma forma que una persona que por el contrario, no cuenta con ello.

En definitiva y sin ánimo de concluir con una solución barata este tema tan delicado, vivir el duelo es necesario para avanzar así que permítete estar triste, escribe mucho, habla de ello y acéptalo como una parte más de la vida.

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Julia Moreno.